no volveremos a estar en el mismo espacio jamás, ni aunque tú te quites de donde estás parada para que yo me plante ahí, porque la tierra sigue girando y girando y girando, y sigue además su órbita alrededor del sol, y el sol sigue su camino alrededor de algo más, y no volveremos a ocupar nunca el mismo espacio, ni siquiera en tiempos distintos.
pero ¿te acuerdas? tú y yo nos pasábamos las leyes de la física por entre las piernas. no sólo ocupábamos el mismo espacio, también lo hacíamos al mismo tiempo. y cuando follábamos (me gusta más, aunque españolete, el término), no sé tú, pero yo como que sentía que en aquello no había acción-reacción, como que newton se hubiera quedado pendejo. no digo ya que gravedad, pero los espectros ópticos, esos espectros ópticos.
y eso no significa mucho. a lo mejor las leyes de la física eran para ti unas y para mí otras. a lo mejor donde yo las veía rotas tú las veías apenas manifiestas. a lo mejor pertenecíamos a dimensiones distintas, y yo nunca lo supe. sólo estoy para suponerlo. a lo mejor empecé a notarlo al final. a lo mejor la fuerza no es directamente proporcional a la aceleración, ni está relacionada con la constante masa. a lo mejor la fuerza era directamente proporcional a otra cosa, a la fricción, a la atención. nunca lo sabré.