quise escribir al revés el nombre de 3 letras con el que te hablo para hacer un anagrama, porque lo que tengo qué decirte aquí es muy íntimo, muy de los dos. pero resulta que ese nombre se escribe igual al revés, y he decidido mejor no hacer nada. creo que ya con esto sabes que te hablo a ti. la próxima vez escribiré ese nombre con tu permiso.
al mismo tiempo, quería hacer público que te quiero. lo íntimo te lo digo luego, por teléfono. y esto no es ficción, es parte de mi diario.
p.d. ese diario lo llevo escrito en las tres potencias del alma.