martes, agosto 11

los tipos duros y los blandos

lo que tengo es envidia.
el señor sabina hace las cosas tan bien y yo tan mal...
no soy de ésos a los que hasta el fracaso se les ve despampanante. a mí se me ven las ojeras y la desilusión. como ganas de causar lástima.
sabina y otros son tipos duros. reciben los chingadazos y le dan una calada al cigarrillo. continúan bebiéndose su whisky como si nada hubiera pasado. juegan con el hielo inclinando el vaso a la izquierda y a la derecha, o en círculos. escriben sin rencor, con nostalgia, con una sonrisa que en mí se vería amarga. y a pesar de todo lo que les ocurre, el mundo es el que está mal, la física no cuadra y las matemáticas son idiotas porque no pueden explicar que dos más dos no sean cuatro.
no puedo sacarme de la cabeza el consejo que me dieron un día: que necesito reírme del mundo y burlarme de lo idiota que se ve. pero cómo me voy a reír. ¿y si el mundo se enoja? ¿y si luego ya no me quiere hablar? y es que yo nunca sé cuándo detenerme. siempre se me pasa la mano. así me ha ocurrido con un montón de gente que ahora no me interesa, pero que en algún momento me importó. y es que, coño, esa maldita idea de que la acción está en los extremos es la que me ha echado a perder todo. ahora ya no distingo entre los extremos y otras medidas. hasta los tipos duros y los románticos se moderan, pero a mí no me sale nada bien. lo mejor será quedarme con mi personalidad, aunque envidie la que tienen esos tipos duros, como sabina, hasta casi rabiar.
después de todo, yo he corrido con algo de suerte. salud, rockdrigo.