miércoles, septiembre 12

los caminos de la vida (no sé qué de mi vida será)

cuando josé josé comenzó su carrera musical, no tenía idea de que un auto sería su casa durante algún tiempo. y quién más lo podía imaginar, si no era otro vagabundo a quien nadie le creía el cuento de la fortuna que había perdido unos años antes. se lo conté al espejo el otro día, y me devolvió una sonrisa irónica.

pobre diablo. idiota. atraviesa la calle confiando en los semáforos. sale con media hora de anticipación confiando en el reloj para llegar al trabajo, sin saber que un tráiler ha estallado en la autopista y la ha dejado inutilizable. anda por la vida presumiendo el éxito de su nuevo amor sin saber que una fiesta aburrida y depresiva del domingo en la madrugada puede arruinarlo todo por la tarde. y encima, se ríe de mí. porque dice que el cerebro es la causa de todos mis problemas. afirma que siempre llego tarde a todos lados por mi manía absurda de analizarlo todo (sin mirar su imprudencia barata similar a la rebeldía cotizada en todos los escaparates del centro). al imbécil le gusta joaquín sabina y siempre me anda cantando corre dijo la tortuga, como si no fuera yo el que cada vez que lo ve le advierte que se cuide los huevos, porque un día de estos se los van a arrancar en el rastro.

aunque debo admitir que no estoy seguro de mis palabras. ¿será que es tan necio el que habla como el que no escucha?