lunes, junio 11

sacudida

la madición del conejo se hizo realidad el domingo en la madrugada. cuando desperté y no estabas, y me contaron lo que había sucedido, pensé que todo estaba perdido contigo, pero me recibiste, y tenía la cola entre las patas. hasta me besaste.
sucedió algo más: yo estaba equivocado. creí que te conocía, creí que sabía cómo te sentías. te quería por esa idea que me había formado de ti. ahora que sé que no tengo puta idea de lo que sucede en tu cabeza, ni de cómo funcionan tus entrañas, te quiero más. me doy cuenta de que me estrellaré contigo y de que volveré a pararme con la frente llena de sangre, y mi necedad me ofrecerá una nueva colisión que no voy a rechazar. ni berganza ni belane ni carlos podrán hacer algo contra la placa de acero que permanece oculta bajo tu piel.