jueves, mayo 10

hastatrás

Me rasco, pero la comezón no se va: aumenta.
Ahora las nubes desaparecen, y el sol, en el cenit, me observa inquisidor. Sudo. Dejo de escuchar la música que todos cantan. No hay lugar para dar el paso que necesito, la gente empuja más. Las manos las piernas la mujer que fuma allí adelante marihuana de una pipa. Todo me desquicia. Entonces, intento escuchar, intento regresar al concierto; es ya imposible.
El rostro deformado de la chica es un punto negro en una hoja blanca. Ríe. Sus amigos ríen. Todos humean y se convierten en chistes. Yo también río, y soy un chiste más. En ese momento, descubro que vienen conmigo. O tal vez, aunque no es posible. No, no soy yo el que viene con ellos. Me explota en la cara una sonrisa otra vez, y se me escapa el alma de los pulmones.
La pipa llega por la derecha.
Estoy adentro de mí. Nunca había estado tan al fondo. Hasta atrás, me doy cuenta, hasta atrás. Ya entiendo la frase el concepto. Pero se puede llegar más abajo, con toda seguridad. Cómo puede saberse cuál es el verdadero hastatrás. Sobre todo, cómo puede saberse el hastatrás sin referencias previas. Hay qué explorarse, es preciso conocerse, urgente.

Será que no es su rostro el que se deforma, sino yo el distorsionador. Distorsión, distorsión. Pero el mundo permanece. Ni los edificios ni los postes: nada más está torcido. Tu cara es de plastilina viva, le digo, o de laguna, agrego, y tu nariz y tus ojos basura flotante. JAJAJA (con eco en distintos tonos) Llora --¡Pero si soy tan bonita! Culpa --le he roto el corazón. Cualquier explicación me suena idiota en la cabeza, y más ahora, así que callo.
La pipa llega por la izquierda.
Un perro grande busca comida en el piso. Alguien tiró un hotdog por allá, perro, allá. Horrorizado, me doy cuenta de que el animal se come a su hermano. Quizá las pulgas se lo coman después a él. ¡Cuidado, vienen las pulgas!, se me sale decir. JAJAJA, las pulgas, éste ve pulgas, JAJAJA.
peroesquenopuedoevitarlo. n o p u e d o e v i t a r l o . La pipa la tengo yo todavía.
De pronto, cuando dejo de reír, descubro que ya no estoy con ellos. Pienso, me regreso, reproduzco la carcajada. Recuerdo que yo debía recoger algo. Se me pasa la mano, y recuerdo también que a ese concierto yo llegué solo. Camino, y el norte se mueve al sur. Abajo hay un cigarro medio consumido. ¿Será eso lo que tenía que levantar?
El cigarro llega por abajo.
En realidad, estoy triste. Vine solo y me voy solo. Malo para las tragedias, continúo empujando y avanzando, y consigo representar media comedia. Conmiseración. Quiero llorar, me esfuerzo, pero n-o-p-u-e-d-o-e-v-i-t-a-r-l-a-r-i-s-a-n-o-p-u-e-d-o. Mi mente es un telón cerrado. Ni siquiera estoy seguro de si toda esta melancolía es real. Prefiero el alcohol, hombre, prefiero el alcohol.

Repetición de lo mismo. Repetición de lo mismo. Ciento veinte minutos.
Ahora
lentamente
el telón se abre.