sábado, mayo 26

basura

Había dejado de llover. Una lata de coca cola se me quedó pegada en la palma, y tuve que agitar la mano. Y de pronto, allí, un billete de cincuenta me sonrió. Estaba rosadito. Coqueteó un rato conmigo y después me dio la espalda. Pensé que lloraba, pero era líquido amarillo lo que le corría por ¿las mejillas? Como pus. Enferma pus. Soy el hombre que recoge la basura y estas cosas todavía me dan asco.