yo los llamo puntos de no retorno. me gusta llamarlos así para convencerme de mis decisiones. ya sé que parece que tengo el corazón de piedra: estoy temiendo que así sea de verdad, porque no encuentro los peros ni los sinembargos ni las adversativas que servirían para defenderme. no las hay o no tengo derecho a ellas, porque he renunciado a nuestra pequeña sociedad. de nada sirve que tengas la atención de recuperarlas para mí. lo peor que tengo es mi necedad.