me había olvidado de mi edad. no sabía ya si tenía 25 o 26 años. y hay tantos tipos con mi nombre que hasta he llegado a pensar que algunos pueden haberme confundido, en el directorio telefónico o donde sea. antes, construir una identidad me parecía lo más importante. ahora pienso que lo más importante es mantener los recuerdos, una continuidad en ellos, una única línea. aunque los recuerdos que tengo de mis doce años son borrosos, y eso me hace pensar que la muerte no es tan importante.
como sea, nadie quiere morir, y menos yo, que soy un cobarde declarado.
cuando puedan pasar mi conciencia a una máquina, y pueda vivir en una tarjeta con un procesador, ram y disco duro dentro de una caja de acrílico, no sé si querré que hagan una prueba primero, con un respaldo de mi información. ¿qué pasaría? ¿la línea se bifurcaría y crearía dos yos independientes, cada uno con una nueva conciencia? ¿cuál de los dos sería yo? ¿o vería las cosas desde dos puntos de vista distintos? lo último sería ideal, pero es lo menos probable. lo más probable es que esos dos yos fueran dos personas distintas, sin importar su mismo origen. ninguno sería yo, y los dos serían yo. o sea, el momento de la bifurcación sería el momento de mi muerte.