sábado, agosto 15

derrota

yo sé que no soy interesante. aunque soy menos fastidioso leído, no tengo nada qué decir. ojalá que no hubiera perdido tanto tiempo pensando en las estrategias de los otros.
cuando me di cuenta, ya era demasiado tarde. o no, porque sólo me interesaba en cosas que casi siempre aburren. ahora ya ni eso tengo. si no fuera porque, en la convivencia con algunos pocos, que tanto me agrada, tengo que sacar algún asunto pegajoso, sería tan feliz...
no bailo.
no hablo.
sólo me siento a beber, a fumar, a ver qué pasa, a cumplir con lo que me toca.
me habría gustado seguirle la pista a los escritores famosos, a los que, a veces, leo. sin embargo, siempre pensé que había primero qué leer a los grandes, y los grandes nunca se acaban, ya los ha leído todo el mundo.
soy incapaz de dar algo.
ojalá pudiera.
ojalá que no se me hubiera secado el cerebro.
ojalá que mis recomendaciones fueran útiles para alguien.
ojalá que no me hubiera muerto.
ahora, sólo me queda esperar la descomposición, el olor a podrido, las moscas.
ahora, sólo me queda la esperanza de que me aguanten.
ahora, sólo puedo leer a los gigantes, a los más aburridos que yo.
perdóname, cervantes, por no haber seguido tu ejemplo. por no leer novela negra ni libros de caballerías. por haberme adelantado al cansacio, que debía llegarme dentro de diez o veinte años, pero que me llegó hace cinco.
ahora que me empeño en otros autores, su recuerdo no me dura ni cinco minutos.
estoy seco.
he fracasado.