sábado, enero 12

azar y justicia

Se toma con una mano un peón blanco y con la otra uno negro. En la espalda, ambos puños se intercambian contínuamente el contenido. Esta operación durará tanto como el operador quiera o se harte. Al final, el oponente elegirá una opción: puño izquierdo o derecho. Si señala el puño izquierdo, y en él hay una pieza blanca, jugará con blancas. Si hay una negra, jugará con negras. Si, por el contrario, escoge puño derecho, se aplicarán las mismas reglas.
Este peqeño ritual es la base de la justicia en el juego de ajedrez. Es obvio por qué no hay qué fiarse del que siempre quiere jugar con blancas. Hace unos días, no me resultaba evidente porqué no había qué fiarse de tipos como yo. El que siempre quiere jugar con negras, aunque no espera la ventaja del primer turno, espera un pretexto o un escalón. El pretexto, por si pierde, y el escalón, por si gana, para poder decir que a pesar de una desventaja consiguió la victoria.